11.17.2010

Las últimas amazonas


¿Será este un libro sobre un mito o un relato con fundamento histórico?.. la acción sucede antes de la guerra de Troya, aproximadamente en el año 1250 AC, años en los que no había preocupación por la exactitud histórica y así es que esta historia se transformo en una mezcla de mito y realidad
Plutarco afirma que el ataque de las amazonas sucedió realmente, más tiene el distanciamiento de más de mil años y pocas pruebas concretas en las que basarse. En cuanto a mi, preferí encarar este libro como o una historia de coraje, de fuerza, de orgullo, de conquista, hasta de ingenuidad.
Viajemos hasta una Atenas pequeña y sin brillo, gobernada por Teseo que contaba con un gran número de príncipes en contra de sus ideas demócratas. Así, Teseo, rodeado de sus mejores guerreros y de sus amigos más fieles, parte a la aventura y a la conquista. En uno de sus viajes encuentra a las amazonas que son unas mujeres guerras con códigos de conducta severo y una jerarquía social muy rígida, mujeres fascinantes, por la fuerza que emanan, voluntad férrea y hasta por sus códigos sexuales fuera de los patrones considerados normales en la época. 
Teseo se enamora de Antiope, reina de la guerra y jefa de las amazonas, y ésta, lo corresponde y huye con él para Atenas. Y, es aquí que nos surge todo el esplendor de la amazona Eleutera, fantástica guerrera, poco dada al amor, dura en su interior y que clama venganza por la huída de Antiope. Se inicia así una guerra contra los atenienses, aliándose hasta a sus enemigos (los príncipes que decía antes) con promesas de la conquista de un gran botín de oro.
Es así como un gran ejército llega a las puertas de Atenas para comenzar una guerra de nervios, de odio, donde no habrá compasión por ningún bando.
La Última Amazona fue un libro que me dejó rendida del principio al final. Vibré con su carácter, con su garra, con la defensa de sus convicciones. Acabarán por ir desapareciendo estas mujeres guerreras, fruto del progreso de la civilización en el que ellas no quisieran verse involucradas. Más estoy convencida de que aún hoy quedan muchas de sus convicciones, independientemente de razas, patria o credo. Es preciso luchar por aquellos que juzgamos justo, tal y como hicieron las amazonas cuando su líder huyó y nunca cruzarnos de brazos.